El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este sábado desde su residencia particular en Mar-a-Lago que había ordenado una serie de ataques aéreos a gran escala, “decisivos y poderosos”, contra Saná, la capital de Yemen, con el objetivo de golpear a los rebeldes hutíes respaldados por Irán, a los que acusa de interrumpir el tráfico marítimo en el mar Rojo.Los objetivos de los buques de guerra y aviones estadounidenses fueron radares, bases de defensa aérea y puntos de lanzamiento de drones en Yemen, según declaró un funcionario de defensa a los medios. La meta, añadió, es hacer el mayor daño posible a las capacidades militares hutíes.“Nuestros valientes combatientes están llevando a cabo ataques aéreos contra las bases, líderes y defensas antimisiles de los terroristas [hutíes] para proteger los activos marítimos, aéreos y navales estadounidenses y restaurar la libertad de navegación”, dijo Trump en su red social, Truth. “Ninguna fuerza terrorista impedirá que los buques comerciales y navales estadounidenses circulen libremente por las vías navegables del mundo”.El presidente estadounidense también aprovechó para mandar un mensaje al régimen iraní, al que conminó a que deje de apoyar al grupo rebelde y prometió, de lo contrario, hacerle plenamente responsable de sus acciones.Los ataques se produjeron en la madrugada de este sábado, y de ellos informaron antes que Trump las autoridades hutíes. Llegan pocos días después de que los rebeldes anunciaran su intención de reanudar sus hostilidades contra los buques israelíes que navegan por aguas yemeníes. Esas agresiones buscan responder al bloqueo israelí a Gaza. En las redes sociales y en las televisiones yemeníes, habían aparecido en las últimas horas imágenes que muestran columnas de humo saliendo de la zona del aeropuerto de Saná, que cuenta también con instalaciones militares.No es la primera vez que Estados Unidos ataca a los hutíes, aunque las ofensivas ordenadas por el predecesor de Trump en el cargo, el presidente Joe Biden, no lograron restablecer la normalidad en la región. Tampoco se trata del único país en hacerlo: Israel y el Reino Unido lanzaron en el pasado operaciones militares similares.El largo y errático mensaje de Trump también afirma que los hutíes “han costado miles de millones de dólares a la economía estadounidense y mundial, poniendo en riesgo vidas inocentes” y aprovecha para atacar a Biden, cuya respuesta a las provocaciones de la milicia fue, dice Trump, “patéticamente débil”. “Ha pasado más de un año desde la última vez que un buque comercial con bandera estadounidense cruzó con seguridad el Canal de Suez, el mar Rojo o el Golfo de Adén”, añade Trump, que recuerda que un buque de guerra estadounidense fue atacado “hace cuatro meses” en la zona “más de una docena de veces”. Entre los actores que Israel considera sus enemigos apoyados por Irán (de Hamás en Gaza y Cisjordania al partido-milicia chií Hezbolá en Líbano o las milicias proiraníes de la llamada Resistencia Islámica de Irak) los hutíes son los que más lejos están del país, a más de 2.000 kilómetros de distancia. Su influencia se deriva de la estratégica situación a orillas del mar Rojo del territorio que controla esta milicia (el 30% de Yemen que concentra al 70% de la población del país). El nombre del grupo es Ansaru Allah (Partidarios de Dios).La semana pasada, Trump anuncio que había enviado una carta a Irán con el fin de negociar un acuerdo nuclear. En declaraciones a la prensa en el Despacho Oval, manifestó su optimismo sobre la posibilidad de un pacto con uno de los grandes adversarios tradicionales de Estados Unidos: “Va a ser un momento muy interesante”, añadió. “Estamos llegando a los momentos finales… no podemos dejar que Irán tenga un arma nuclear”.Estados Unidos se retiró en 2018, durante el primer mandato de Trump, del acuerdo nuclear que habían negociado con Teherán la Administración previa, la de Barack Obama, y los socios europeos. Lo hizo con el argumento de que aquel pacto era demasiado beneficioso para el viejo enemigo y que abría la puerta a que el régimen pudiera acabar teniendo armas nucleares con las que atacar a Israel si incumplía los términos del pacto. No está claro cómo influirá el ataque conocido este sábado en las posibilidades de éxito de una negociación que se enmarca en el cambio radical de la política exterior estadounidense que ha emprendido Trump tras su regreso al poder por segunda vez.
