En aparente buen estado y asistido por un abogado de oficio del que se desentendió, el escritor franco-argelino Boualem Sansal ha escuchado impasible este jueves en un tribunal de las afueras de Argel la petición de fiscal de imponerle 10 años de cárcel por “atentar contra la integridad del Estado”. Enfermo de cáncer y con 75 años en el registro civil (aunque su edad real puede rondar los 80), Sansal es uno de los autores más importantes, traducidos y leídos en lengua francesa. Su voz crítica contra el Gobierno de Argelia, del que fue alto funcionario en el pasado, en unas declaraciones a un medio francés, condujo a su detención hace cuatro meses y a la apertura de un proceso marcado por el secretismo y la incomunicación con sus abogados. Está previsto que el tribunal dicte condena dentro de una semana, al término del mes sagrado musulmán de Ramadán.Su juicio se desarollado en uno de los momentos más tensos de las relaciones entre Argelia y Francia, la antigua potencia colonial. Su abogado principal, el letrado francés François Zimeray, consideró la semana pasada en una conferencia de prensa que Sansal ha sido utilizado como “rehén” y “cabeza de turco” en el fuego cruzado del conflicto diplomático surgido tras el reconocimiento implícito de París de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, la excolonia española cuya autodeterminación defiende Argel mediante su apoyo al independentista Frente Polisario.Nacionalizado francés hace apenas un año, el escritor argelino ha decidido defenderse a sí mismo en el juicio, al no habérsele permitido el contacto directo con su equipo de abogados. Sansal se expresó en francés ante el tribunal de Dar al Baida, distrito del este de Argel, y no permitió que interviniera el letrado de oficio que le había sido asignado, según un periodista del diario Echourouk presente en la sala. El procesado negó que hubiese tenido voluntad de ofender al Estado argelino y calificó sus declaraciones de simple expresión de una opinión personal.Desde Francia, su abogado personal calificó el juicio de “proceso fantasma”. “Se ha desarrollado en medio del mayor secreto, lo que es incompatible con la idea misma de la justicia”, apostilló Zimeray en declaraciones a la emisora Europe1. El presidente Emmanuel Macron, junto a otros dirigentes políticos, ha solicitado reiteradamente su liberación ante el silencio oficial en Argel.En unas declaraciones a la revista ultraderechista francesa Frontières, el escritor galardonado con el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa, cuestionó las actuales fronteras orientales de Argelia, que consideró “territorios de la vecina Marruecos antes de la colonización francesa en 1830″. Ambos países magrebíes libraron en 1963 la llamada Guerra de las Arenas por la disputa de una amplía franja del desierto del Sáhara.Boualem Sansal, en Brive-la-Gaillarde, Francia, en 2015. Jean-Marc ZAORSKI (Gamma-Rapho via Getty Images)Este comentario de aparente provocación intelectual tocó la fibra más profunda del nacionalismo argelino, cuyo sistema judicial replicó con el artículo 87º bis del Código Penal, que tipifica como “terrorista o subversivo, todo acto que atente contra la seguridad del Estado y la integridad del territorio”. El presidente argelino, Abdelmayid Tebún, se ha limitado a señalar que la justicia sigue su curso normal y que el autor del Juramento de los bárbaros (Alianza) recibe atención médica en prisión.Desaparecido en un primer momento el pasado 16 de noviembre, poco después de haber aterrizado en el aeropuerto de Argel procedente de París, su editor y sus familiares tardaron 10 días en conocer el paradero de este autor ampliamente reconocido en Europa. Su voz crítica con el integrismo islámico y el sistema autocrático de Argelia había sido ignorada hasta entonces en su país natal y de residencia habitual, donde sus obras siguen estando prohibidas.La detención y juicio de Sansal, premio de la Paz de los Libreros Alemanes y veterano aspirante al Nobel de Literatura, y el autor de La aldea del alemán (El Aleph) o 2084: el fin del mundo (Seix Barral), ha suscitado una ola de solidaridad en su favor. Movilizados por el escritor francoargelino Kamel Daoud, premio Goncourt con Houris (que publica en castellano la semana que viene Cabaret Voltaire), cuatro premios Nobel —Annie Ernaux, Jean-Marie Gustave Le Clézio, Orhan Pamuk y Wole Soyinka— y una larga lista de escritores de todo el mundo —Salman Rushdie, Peter Sloterdjik, Andreï Kourkov, Roberto Saviano, Alaa al-Aswany, Giuliano da Empoli, Sylvain Tesson, Leïla Slimani, entre muchos otros— han firmado un manifiesto en el que piden su liberación.

La fiscalía de Argelia reclama 10 años de cárcel para el escritor disidente Boualem Sansal | Cultura
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