En el Real Club de Tenis Barcelona (RCTB), se esconde la sonrisa de una de sus recogepelotas. Se llama Alessandra Bonomi (24 años) y formó parte este sábado del equipo de ballkids en la segunda semifinal del Godó: partido que enfrentó a Carlos Alcaraz contra Arthur Fils. Ella tan solo asistió a los deportistas durante 15 minutos; un periodo de tiempo corto, pero suficiente para ratificar la validez de “algo histórico para el tenis y el torneo”. Así lo entienden en el RCTB, pues nunca antes una persona con síndrome de Down había actuado como tal en un partido de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP).“Ayer ya estuvo en la pista uno, en los cuartos de final de dobles (Hugo Nys y John Peers contra Alexander Erler y Constantin Frantzen). Fue todo muy bien”, explica una de las trabajadoras del club. Y es que la joven, junto a su equipo, salió de aquel encuentro entre los aplausos de la afición. La función de recogepelotas es solo una de las dos labores que reconocen el esfuerzo de Ale, como la llaman sus compañeros. En la presente edición, Alessandra también trabaja como paragüera. Sostiene las sombrillas con la mano en los cambios de juego y protege así a los jugadores. Una tarea que ya desempeñó la temporada pasada, al igual que su amigo Dídac.Ambos se han entrenado durante dos meses, dos días a la semana, con el resto de ballkids a fin de prepararse para la ocasión: el Trofeo Conde de Godó 2025. Cada sesión, cada entrenamiento, duraba más de dos horas. La iniciativa impulsada por el Real Club de Tenis Barcelona y Aura Fundación —organización que vela por la inclusión social de las personas con discapacidad intelectual— está aprobada por Marc Visiedo, director de la Escuela Social del RCTB. También por Javier Moreno, supervisor de los jueces del torneo, que tiene un hijo con síndrome de Down.“Al principio ella tenía una guía, pero cuando vieron que lo hacía tan bien se la quitaron”, explican desde el barrio de Pedralbes sobre Alessandra, que se probó en primera instancia como recogepelotas en la categoría sub-14. Ahora, ya ha dado el salto a la ATP mientras siente el cariño de todos sus compañeros: “¿Dónde está Ale? ¿Dónde está Ale?”, preguntan ellos, ansiosos, por saber cuándo y en qué pista actúa su amiga como ballkid. Quieren ir a verla.Desde el Real Club de Tenis Barcelona, muestran orgullo por este proyecto, ya que esperan que sirva como ejemplo para el circuito profesional. Igualmente, para que se normalice la incorporación de personas con discapacidad en las plantillas de los torneos. En definitiva, que su inserción laboral no se vea como “algo excepcional”: “Son personas que, si les enseñas, hacen y entienden todo lo que les explicas”, apunta la organización del certamen.“En el caso de Alessandra es genial cómo te escucha”, subrayan voces del club sobre la que es una gran aficionada al tenis, porque “se conoce a todos los jugadores”. De hecho, se pasó horas y horas en pista con la raqueta durante el último campus de verano del RCTB. Por otro lado, el Godó aparte de apoyar la inserción de recogepelotas con síndrome de Down, da cabida a más gente con afección genética en otros ámbitos del torneo.Es el caso de cuatro personas, procedentes de Aura Fundació, que se ocupan del restaurante del Hospitality: dos trabajan en la cocina y otros dos en sala. “Llevan un delantal propio para que los comensales los identifiquen”, puntualizan en el club de Pedralbes.Desde abajo, en la pista, las gorras blancas y los polos azules distinguen a los recogepelotas del RCTB. Pero, por encima de todo, su labor con los tenistas. Esa que Alessandra llevó a cabo este sábado con una amplia sonrisa. Y a pocos metros suya, entre bola arriba y bola abajo, Arthur Fils y Carlos Alcaraz ahí estuvieron: a la espera, para golpear las pelotas que previamente ella les dispuso. “¿Ready? Play!”.David Ferrer acaba su etapa como director deportivo del GodóEl Trofeo Conde de Godó anunció este sábado que David Ferrer (43 años) cerrará su etapa como director deportivo del torneo, nada más finalice el ATP 500 catalán. Es decir, mañana domingo, día 20 de abril. El alicantino llevaba seis años al frente de la competición, en la que como tenista llegó a cuatro finales (2008, 2009, 2011 y 2012): todas ellas las perdió ante Rafael Nadal. 
Ferrer, ganador de 27 títulos ATP, culminó esta temporada el cambio más reciente en el formato del Godó, cuyo cuadro final pasó de 48 jugadores a 32. También vivió la cancelación del torneo por primera vez en su historia, como consecuencia de la pandemia de Covid-19. El extenista español se mostró “muy agradecido” al Real Club de Tenis Barcelona (RCTB) por haberle dado la oportunidad de dirigir el certamen.
“Me llevo muchas cosas, pero sobre todo el cariño del club y de todos los trabajadores. Han sido unos seis años que a nivel personal y profesional me han encantado. Ha sido el trabajo que más me ha llenado en cuanto a aprendizaje. Ha sido el cuento perfecto. En eso se ha basado un poco mi vida, en saber cuándo dejar etapas”, afirmó Ferrer, tras anunciar su decisión de dejar de ser director deportivo del Godó.
Al respecto, Ferrer cuenta que el pensamiento de renunciar al cargo viene derivado por no “tener la energía para darlo todo” y “priorizar las cosas”: “Tengo familia, una academia y soy capitán de la selección en la Copa Davis. Por mi forma de ser, me gusta cerrar bien los ciclos. Cuando fui profesional y vi que no tenía ranking, no me pensé mucho dejar de jugar”, sentenció. Sobre el nuevo candidato a director del ATP 500 catalán, el español deslizó que quien venga “lo hará bien seguro”, ya que “tiene mucha experiencia en la industria del tenis”. Mientras, el nombre de Tommy Robredo revolotea por las instalaciones del Real Club de Tenis Barcelona.

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