Entre 5 y 20 millones de pesos es el valor de la ‘vacuna’ que, según denuncias ciudadanas, deben pagar ganaderos, comerciantes y agricultores de las goteras de Villavicencio —específicamente en las veredas Peralonso, Bajo Pompeya, Quenane y Alto Pompeya— a hombres que se autodenominan miembros del Ejército Gaitanista, mejor conocido como el ‘clan del Golfo’.Las llamadas extorsivas, que llegaban desde hace tres años, fueron elevando el tono desde noviembre pasado. La voz de un hombre que se presentaba como el “financiero de los paramilitares del ‘clan del Golfo’” exigía una “colaboración” para facilitar el ingreso de los “muchachos” a la región; un puñado de unos veinte hombres armados. Así lo conoció este diario a través de audios que hoy están en poder de las autoridades.Aún los habitantes de las veredas no se acostumbraban al repique del teléfono exigiendo la ‘cuota’, cuando los delincuentes decidieron, además, arremeter con violencia. Las paredes de las viviendas estás rayadas con las siglas del supuesto grupo: EGC (Ejército Gaitanista de Colombia). Y el pasado 9 de abril, un líder comunal fue víctima de un atentado en su casa. Al no encontrarlo, los hombres fuertemente armados interrogaron a una vecina, quien se negó a dar información. En represalia, según el relato del caso que hoy reposa en la Fiscalía, “la golpearon con la cacha de la pistola”.Este diario se comunicó con ciudadanos de la zona, quienes por motivos de seguridad pidieron proteger su identidad. Aseguran que la presión se ha incrementado con el paso de los días. “Ponen reuniones y, si uno incumple la cita, dicen que nos van a matar”, denunció uno de ellos.Como parte de los amedrentamientos, envían jóvenes armados con fusiles a plantarse frente a las casas, en motos o camionetas.“Esta situación la vivimos empresarios, comerciantes, ganaderos, agricultores… toda la gente trabaja súper apretada y no sabemos qué es lo que está pasando”, expresó otro afectado.El pasado sábado 19 de abril, un hombre fue secuestrado. Le colgaron un aviso de advertencia y estuvo a punto de ser asesinado cuando la Policía logró intervenir a tiempo, tras el llamado de la comunidad, y detener al presunto agresor.“Presente para que vean que la cosa es en serio, que no estamos detrás de ninguna extorsión de nadie, solo haciendo limpieza social. EGC (Ejército Gaitanista de Colombia)”, decía la pancarta que le colgaron al cuello a la víctima.“Ya no tenemos paz, de verdad que ya no hay paz aquí. Yo llegué (x día) porque me había ido cuando me amenazaron. Esa misma noche varios hombres se parquearon frente a la casa. Yo solo le pedía a Dios que no fueran a entrar. Sí o sí hay que pagar y ya estamos cansados de eso, porque básicamente uno trabaja solo para financiar a esos señores”, contó otro ciudadano.¿Qué hay detrás?Pese a que los hechos han sido denunciados en la Fiscalía y algunas víctimas tienen casos abiertos con noticia criminal, el flagelo sigue rampante. Según relatan los mismos afectados, la propia policía les estaría diciendo a los comerciantes que paguen la cuota y “eviten inconvenientes”. La comunidad, atemorizada, asegura que las denuncias no han sido tomadas en serio. “Cuando les dije que habían golpeado a la señora, que la dejaron con 12 hematomas, vuelta nada y con puntos en la cabeza, me respondieron: ‘Ah, pero fue con una pistola traumática'”.Este diario se comunicó con fuentes de la Séptima Brigada del Ejército, jurisdicción que opera en la zona, quienes aseguraron que los hechos son materia de investigación. No obstante, según información de inteligencia militar, no se trataría del ‘clan del Golfo’, sino de delincuencia común que se hace pasar por este grupo para generar mayor intimidación.Esta misma hipótesis la manejan las autoridades civiles. Desde la Secretaría de Seguridad de Villavicencio aseguran que la trazabilidad realizada por la Sijín de las llamadas condujo a números provenientes de cárceles. “En varias partes aparecen los letreros y luego llaman desde las penitenciarías”, señalaron.Sin embargo, causa confusión en los ciudadanos que quienes los amedrentan enseñen fusiles y armas propias de grupos armados consolidados. “Yo digo que son estructuras armadas, porque están empistolados, están con fusil”, dijo uno de los ciudadanos. Ante la creciente ola de amenazas, que ya ha alcanzado a líderes sociales, las autoridades locales evalúan convocar un consejo de seguridad extraordinario y contemplar medidas de protección para la ciudadanía, así como acciones ofensivas contra los presuntos integrantes de la banda.Sara Valentina Quevedo DelgadoRedacción Justicia

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