Tres amigos en un barrio gentrificado de Barcelona se ven abocados a vivir en una casa encantada. Es la única solución para pagar el alquiler. Así empieza el cortometraje Co-Haunting, que puede verse en Movistar Plus+. Hay apariciones fantasmales, objetos que vuelan, la sangre rezuma de los grifos… Lo que se espera de los reconocibles iconos de este subgénero cinematográfico, pero mezclados con un giro social sobre la España contemporánea. ¿O acaso solo las mansiones góticas como las de El orfanato, de J. A. Bayona, y Los otros, de Alejandro Amenábar, pueden ser poseídas? En este caso el fantasma incluso opina sobre la convivencia, como quien tiene que pagar el alquiler. Es otra vuelta de tuerca para renovar las historias de hogares fantasmales.Más informaciónEn 2017, Paco Plaza planteaba otra con Verónica, ambientada en un piso en Vallecas. “¡A los fantasmas también puede gustarles el gotelé!”, recuerda el director sobre la película, que mezclaba la leyenda negra española con los problemas de identidad adolescente. También Steven Soderbergh busca un giro al embarcarse en su primera película fantasmal, Presence, ahora en cines, con otra mirada original: esta vez el punto de vista está en los ojos del espectro, la cámara solo muestra lo que ve esa presencia. Antes, la saga Paranormal Activity ya usó las cámaras de videovigilancia para salirse de los parámetros visuales.Co-Haunting juega con el falso reportaje: “Nuestra mayor inspiración es el costumbrismo del vídeo viral de Callejeros de las vecinas de Valencia. Y lo mezclamos con el conocimiento del espectador de este tipo de pelis, que domina sus códigos”, explica Paula Sánchez Álvarez, codirectora del corto junto a Adrián Carande y Pepe Rico, que ya trabaja en un largometraje con más personajes, precariedad y problemáticas como edadismo y la identidad LGTBIQ+: “El terror es la casa de los bichos raros. Nuestra conclusión es que ni tras la muerte hay descanso. Los problemas en vida se trasladan a los fantasmas, y sigues compartiendo piso”.Paula Sánchez Álvarez, Adrián Carande y Mortan Bautista, en el corto ‘Co-Haunting’.Esta renovación no es solo estética. Presence no es una película de terror, sino de traumas familiares, igual que la famosísima El sexto sentido, de M. Night Shyamalan. El propio director de Ocean’s Eleven y Erin Brockovich reconoció a Los Angeles Times que los elementos del género espectral eran el caballo de Troya para narrar la vida de una familia envuelta en un periodo de estrés. De la misma manera, Mike Flanagan profundizó en los traumas familiares en sus nuevas versiones televisivas de los ultraimitados clásicos La caída de la casa Usher, La maldición de Bly Manor y Hill House, esta última basada en la novela de Shirley Jackson y una de las más adaptadas del terror.Poltergeist servía a Tobe Hooper para escudriñar los perfectos suburbios de Estados Unidos, y con el hotel encantado de El resplandor Kubrick escarbó en la violencia escondida en su país y en la familia modelo. En la primera temporada de American Horror Story, el romántico espíritu era un joven que había perpetrado una masacre en su colegio.Lucy Liu, en ‘Presence’.Al meterse en el hogar, los muertos rompen el espacio más personal e íntimo de los protagonistas. En The Parenting, este viernes en Max, hay una pareja homosexual y dos familias disfuncionales capitaneadas por Brian Cox, Catherine O’Hara y Lisa Kudrow, pero esta vez el conflicto se narra desde el humor negro, como hizo Tim Burton en Bitelchús.“Nosotros buscamos la sátira en el blanqueamiento de la precariedad. En realidad, el fantasma y los alquilados tienen la misma sensación de estar atrapados. Ambos habitan un espacio que pertenece a otros”, explica por teléfono la directora de Co-Haunting. Pero las mansiones encantadas cinematográficas se remontan a los orígenes del cine, en 1896, con Le manoir du diable de Méliès, e inspiraron también a Walt Disney para levantar una de las más populares atracciones de su parque, que ha saltado al cine en varias ocasiones. Incluso Buñuel aportó su visión del gótico de Poe al coescribir una versión de la casa Usher en 1927.Más informaciónEl guionista David Koepp, que dirigió la comedia ¡Me ha caído el muerto!, sobre un dentista que ve fantasmas, se inspiró para Presence en el clásico Los intrusos (1944). Aunque quiso buscar una motivación entre el espíritu y los humanos que sonase novedosa: “Nuestro espectro ayuda. Tengo la teoría de que cuando haces una nueva historia de fantasmas, tienes que inventar una razón para que la gente vaya a verlos. Mi manera es a través del trauma. Porque yo, cada vez que experimento uno, me abro más al mundo y a quienes me rodean”, contaba a Variety sobre su manera de enfrentar la enésima historia de apariciones. La presencia no es malvada, sino curiosa y tímida, como los torpes de la serie Fantasmas (con versión británica y estadounidense), El fantasma y la señora Muir (1947), de Joseph L. Mankiewicz, Agárrame esos fantasmas, de Peter Jackson, o incluso Casper. Ni gota de las vísceras de clásicos como la saga Posesión infernal.La casa encantada protagonista de ‘La maldición de Hill House’.Paco Plaza, que toma como referentes la clásica La mansión encantada (primera adaptación, de 1963, de la novela de Shirley Jackson) y Los huéspedes (2011), de Ti West, cree que todavía pueden filmarse miradas originales: “Siempre hay maneras de mirar de nuevo a géneros más o menos trillados. De hecho, ese conocimiento previo puede ser de gran ayuda para dar un giro desde la complicidad”, desgrana. Es un género, asegura, que siempre hablará al espectador: “Los fantasmas apelan a nuestro miedo y también a la esperanza. Porque pueden aterrorizarnos, pero nos ofrecen la promesa de que esta vida no es el final. Habrá a quien eso le proporcione consuelo”.Más informaciónEn A Ghost Story (2017), de David Lowery, una manta con dos ojos servía para transmitir calidez y terror. Porque la sensación espectral se logra con poco dinero. Co-Haunting, que puso la manta a uno de sus directores, se grabó en tres días. “Como la muerte es tangible y simple, su ficción es más fácil de comprender que la de vampiros o zombis. Esos fantasmas siempre transmiten sensación de tristeza, consecuencias de la pérdida”, recuerda Sánchez. Pueden hasta colarse en narrativas tan costumbristas como Bodegón con fantasmas (2024), de Enrique Buleo.Los Warren son unos de los cazafantasmas más famosos de la historia, y del cine.Los fantasmas, al fin y al cabo, nunca envejecen. En tiempos de éxito de los podcasts de misterio e Iker Jiménez (lo retrató Berto Romero en la serie El otro lado), la franquicia de los muy clásicos cazaespíritus de Expediente Warren estrenará su novena película en septiembre. Y La mujer de negro es la segunda obra de teatro que más tiempo permaneció en el West End londinense, de 1989 a 2023. Transmiten, además, lo mismo en diferentes culturas, desde la hispanoargentina El llanto (2024), de Pedro Martín-Calero, que hablaba sobre el terror de las mujeres, a las japonesas House (1977), de Nobuhiko Obayashi, y La maldición (2022), de Takashi Shimizu. ¿Qué siguen teniendo las casas encantadas para atraernos? “Todas las casas están encantadas”, recuerda Plaza: “Miles de personas han vivido, amado y muerto en los lugares que habitamos. Y que algunos de esos ecos sean perceptibles aún parece razonable”.

El cine no deja descansar en paz a los fantasmas: casas encantadas para entrar a vivir | Cultura
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