Gene Hackman y su esposa Betsy se llevan su privacidad hasta la tumba. Julia Peters, la representante legal de la pareja fallecida en febrero dentro de su residencia, ha obtenido este lunes una orden judicial que impide temporalmente que se dé a conocer cualquier imagen obtenida en el interior de la casa en Santa Fe, Nuevo México. Matthew Wilson, el juez que otorgó esa restricción a petición de Peters, ha fijado una audiencia para finales del mes para decidir si mantiene o retira la prohibición que afecta la información relacionada con la muerte del actor, de 95 años, y su mujer, de 65.La orden emitida esta mañana en el primer distrito judicial de Nuevo México impide que se hagan públicas fotografías o cualquier tipo de imágenes que contengan los cuerpos hallados al interior del número 1425 de la calle Old Sunset Trail. Hackman y su mujer, Betsy Arakawa, fueron encontrados el 26 de febrero dentro de la residencia en dos cuartos diferentes por empleados de una compañía de mantenimiento. Estos llamaron a las autoridades para notificar del hallazgo.Los socorristas y los agentes de la Oficina del sheriff de Santa Fe deben acatar la prohibición judicial. El documento les impide hacer públicos fragmentos de video grabados por sus cámaras corporales. La orden frena la divulgación de fotografías del interior de la casa, aunque no muestren los cuerpos. La prohibición incluye las fotografías de los restos de Zinna, uno de los tres perros con los que vivía la pareja, que había sido recientemente operada y falleció al mismo tiempo que sus dueños.La muerte de Hackman y su esposa, dada en extrañas condiciones, despertó mucho interés en Estados Unidos. Desde el primer momento, las autoridades descartaron que existieran elementos que apuntaran a un robo o a un asesinato. La diferente ubicación de los cuerpos de las personas y la perra dentro de la casa provocó varias especulaciones, no obstante. Las autoridades determinaron en una rueda de prensa celebrada el 7 de marzo que Arakawa falleció varios días de ser encontrada debido a una infección de hantavirus. Hackman pereció después y estuvo dentro de su casa sin alimento y desorientado por un avanzado caso de alzhéimer. Las muertes fueron por causas naturales, dispusieron los forenses.Nuevos detalles de la muerteLa prensa ha puesto en duda la versión oficial sobre la muerte de la pareja, que estaba junta desde mediados de los años 80 y se había casado en 1991. El diario británico The Daily Mail afirma que uno de los médicos de Arakawa niega que su paciente haya fallecido el 11 de febrero, como informó Adam Mendoza, el sheriff del condado de Santa Fe.“La señora Hackman no murió el 11 de febrero porque llamó a mi clínica el 12 de febrero”, indicó el doctor Josiah Child a The Daily Mail. A principios del mes, Betsy también había llamado al centro privado Cloudberry para agendar una cita para una tomografía de su marido. En esa llamada, también pidió un espacio para ser revisada el 12 de febrero por una situación que, de acuerdo al médico, “no tenía nada que ver con un problema respiratorio”.Las autoridades determinaron que la fecha de la muerte fue el 11 de febrero porque no existía ningún correo electrónico, la forma de comunicación predilecta de Arakawa, posterior a esa fecha. El sheriff Mendoza, no obstante, dijo el 7 de marzo que aún estaban a la espera de obtener los detalles de las llamadas de los dos móviles que se llevaron los agentes de la casa.El hantavirus es una infección potencialmente mortal transmitida por entrar en contacto con restos de orina o excremento de roedores. Los investigadores creen que Arakawa confundió sus síntomas con los de influenza. La policía encontró en su primera revisión de la casa medicamentos como Tylenol, para la presión y la tiroides junto al cuerpo de la mujer.El actor, dos veces ganador del Oscar, se había retirado en 2004 del cine y vivía en Nuevo México una vida tranquila lejos de los reflectores de la industria del cine. Betsy, una pianista 30 años más joven que él, no solo era su esposa, sino que hacía también de agente. El viernes se informó que la fortuna de 80 millones de dólares del protagonista de La conversación y The Royal Tenenbaums, solo dos éxitos de culto dentro de una larga filmografía, iba a ser heredada a Betsy, su fiel compañera desde hace décadas.

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