El Comando Sur de Estados Unidos afirmó en la noche del lunes haber llevado a cabo ataques contra tres embarcaciones en aguas internacionales, en los que murieron ocho personas. Los últimos bombardeos contra las supuestas narcolanchas tuvieron lugar en el Pacífico oriental, cerca de Colombia, y se produjeron horas antes de que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el de Estado, Marco Rubio, regresaran al Congreso de EE UU para reunirse con los legisladores que han exigido más información sobre la campaña militar lanzada por la Administración Trump en el Caribe y el Pacífico contra el tráfico de drogas desde la región.“Los servicios de inteligencia confirmaron que los buques transitaban por rutas conocidas de narcotráfico en el Pacífico oriental y se dedicaban al narcotráfico. Un total de ocho narcoterroristas fueron abatidos durante estas acciones: tres en la primera embarcación, dos en la segunda y tres en la tercera”, anunció el ejército en una publicación en la red social X, donde adjuntó el vídeo del operativo del lunes. Estados Unidos ha bombardeado ya al menos 26 embarcaciones en el océano Pacífico y en el mar Caribe, donde mantiene un enorme despliegue militar que incluye a miles de soldados y al mayor portaaviones estadounidense, el Gerald Ford. Al menos 90 personas han sido asesinadas en los ataques en aguas internacionales. La Administración de Trump ha tratado de defender la legalidad de los bombardeos, que según expertos jurídicos equivalen a ejecuciones extrajudiciales ilegales. La polémica en torno a estas acciones también ha alcanzado al Congreso, donde el almirante Frank Bradley, al cargo de las operaciones en el Caribe, tuvo que comparecer después de que Hegseth fuera acusado de dar la orden de rematar con un segundo ataque a dos supervivientes en una supuesta narcolancha. Bradley negó que el secretario de Defensa diera esa orden, pero no logró apaciguar a los congresistas, particularmente a los del Partido Demócrata, que continúan exigiendo explicaciones. Los legisladores llevan semanas pidiendo que el Pentágono haga público el vídeo del ataque a esa embarcación el pasado 2 de septiembre, que fue el primero de su tipo. Algunos demócratas sostienen que la grabación podría demostrar que Estados Unidos cometió un crimen de guerra al matar a los sobrevivientes. Congresistas de ambos partidos apoyan su difusión.Sin embargo, el secretario de Defensa aclaró este martes que no tiene ninguna intención de publicarlo. “Por supuesto que no vamos a divulgar al público general un vídeo totalmente confidencial y sin editar”, indicó a la prensa en el Capitolio tras reunirse a puerta cerrada con los legisladores. Aseguró que sí presentará la grabación ante los Comités de Servicios Armados de la Cámara de Representantes y el Senado —los cuales supervisan el Pentágono— el miércoles. El presidente Trump inicialmente dijo que no tendría problema en divulgar el vídeo para luego decir que sería Hegseth quien decidiría.Washington sostiene que el despliegue militar que mantiene en el Caribe cerca de Venezuela tiene como objetivo la lucha contra el narcotráfico para asegurar la seguridad nacional. Sin embargo, el Gobierno de Venezuela y los legisladores en Washington consideran que la verdadera misión es tratar de forzar la salida del presidente Nicolás Maduro.El mismo Trump ha amenazado reiteradamente con que “pronto” pasarán a una segunda fase con ataques terrestres contra Venezuela. El republicano tiene en el punto de mira a Maduro, al que acusa de dirigir supuestamente el cartel de los Soles, organización que ha incluido en la lista de grupos terroristas del Departamento de Estado, lo que le permite imponer más sanciones al régimen chavista.Pese a las presiones, Trump no ha dado de momento el paso de una intervención en suelo venezolano. El viernes pasado aseguró que la nueva fase de la campaña militar de EE UU tendrá como objetivo a individuos concretos y no un país: “No son solo ataques contra Venezuela. Son ataques terrestres contra gente horrible que están metiendo drogas en nuestro país y matando a nuestra gente”.La operación desvelada este lunes se ha producido cerca de Colombia, a cuyo presidente, Gustavo Petro, Trump también ha acusado de ser un “líder del narcotráfico”. De hecho, la semana pasada, Trump aseguró que Petro era el “siguiente”, en referencia a la estrategia de presión que realiza contra Maduro.

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