La fotógrafa mexicana Graciela Iturbide (Ciudad de México, 83 años) ha sido distinguida este viernes con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025. Iturbide, dueña de una mirada antropológica sobre el arte de la imagen —“fotografío cuando me sorprendo”, decía en una entrevista a EL PAÍS en 2018—, suma medio siglo de trayectoria de una poderosa fotografía en blanco y negro, en la que se ha fijado de manera especial en las comunidades indígenas mexicanas (su serie sobre las mujeres de Juchitán, en el Estado de Oaxaca, con las que convivió largo tiempo, es su trabajo más celebrado) y en dos de sus obsesiones, los pájaros y las plantas. Más informaciónEl jurado del premio ha destacado de Iturbide su “mundo hipnótico, que parece situarse en el umbral entre la realidad más cruda y la gracia de una magia espontánea”. En la decisión final es lógico pensar que ha pesado la presencia de la fotógrafa Isabel Muñoz y de la exdirectora de PHotoEspaña, Claude Bissac.Las imágenes de María Graciela del Carmen Iturbide Guerra se caracterizan por el simbolismo —los pájaros representan la libertad— y por un aire fantástico, aunque ella siempre ha rechazado con contundencia la etiqueta de “realismo mágico”. “Eso lo dicen otros para ganar dinero”, aseguraba en esa misma conversación. La más conocida de su obra es, sin duda, Nuestra Señora de las Iguanas‘, que tomó en Juchitán, en 1979. En ella, una mujer, Sobeida Díaz, posó con las iguanas que llevaba al mercado para su venta como si fuera una moderna Medusa, con varios reptiles sobre su cabeza. Otra es Mujer ángel, en la que se ve a una figura espectral caminando por el desierto con un transistor.También sobresale el trabajo que realizó del baño de Frida Kahlo en la Casa Azul, en la que vivió la artista. Cuando esta murió en 1954, su pareja, el pintor Diego Rivera, cerró ese baño que contenía objetos y documentos de Kahlo: corsés, zapatos ortopédicos, los medicamentos… En 2004 se volvió a abrir esa estancia e Iturbide fue invitada a fotografiarla para descubrir sus secretos. En su trayectoria también se ha autorretratado en numerosas ocasiones. ‘Cristina tomando fotos’ (White Fence, Los Ángeles, 1986), imagen de Graciela Iturbide.Graciela IturbideFotógrafa por su inquietud para conocer mundo, Iturbide nació en una familia muy conservadora, se casó joven, tuvo tres hijos, “seguiditos”, y se separó, lo que le acarreó una etapa de pobreza. Su vida dio el gran giro cuando se inscribió en la Escuela de Cine de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde empezó a asistir a las clases del gran fotógrafo Manuel Álvarez Bravo (“no hay prisa, no hay prisa”, era el lema del maestro). Aunque ella, en principio, quería ser cineasta y llegó a filmar dos películas.Se adentró por todo México a través de su arqueología, sus fiestas, sus mujeres… en un momento en que precisamente una mujer con una cámara no estaba ni bien visto. Sin embargo, ahí empezó una obra que se ha caracterizado por ser realizada con la técnica analógica y en blanco y negro. “Cuando he hecho cosas en color me parecía Disneylandia, todo mentira”, ha contado con humor.La obra de Iturbide se ha expuesto en el Pompidou parisino, el San Francisco Museum of Modern Art, el Paul Getty Museum o la Fundación Mapfre de Madrid, en 2009. Además del premio con el que se la ha distinguido hoy, recibió el Premio Hasselblad, en 2008, uno de los más prestigiosos de la fotografía internacional.’Mujer Ángel’, una de las fotografías icónicas de Graciela Iturbide.Graciela Iturbide

La galardonada ha desarrollado una trayectoria de medio siglo en la que su mirada antropológica se ha centrado en las comunidades indígenas y en las plantas y los pájaros: La fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025 | Cultura
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