A estas alturas, no debe causar rubor cinéfilo decir que Misión: Imposible es, después de ocho películas, una de las sagas más regulares y redondas de la historia de Hollywood. Algo imposible de anticipar cuando en 1996 Brian De Palma (sustituyendo a Sydney Pollack) se hizo con las riendas de la adaptación de esta serie de televisión, después de años en los que Paramount fallaba en trasladar su marca al cine. Hubo varias reescrituras, desacuerdos, despidos y un rodaje que comenzó sin libreto final, pero al final la adrenalina visual de De Palma, el carisma de Tom Cruise y las escenas de acción que diseñaron juntos salvaron una historia que no tenía miedo a despegarse de la serie original, aun respetando sus mimbres. Su misión no solo no se destruyó en cinco segundos, sino que ya ha cumplido 27 años de éxitos con un Cruise sexagenario.Más informaciónMisión: Imposible nunca se caracterizó por tener un guion muy coherente (sus planes son complicadísimas de explicar, aunque todo se base en realidad en proteger un MacGuffin, ese objeto que sirve de peligro en la ficción y de excusa argumental sobre el papel). Tampoco tuvo jamás un universo expandido muy bien atado, tan de moda hoy, aunque las últimas películas han cambiado este concepto. Al contrario, su simpleza ayudaba a que brillara lo que de verdad la hacía especial, una proeza cinematográfica gracias a las muy bien coreografiadas secuencias de acción, tan aparentes como difíciles de lograr.Al fin y al cabo, las misiones tampoco resultan nunca tan imposibles como nos dicen, por lo que lo mejor es su espectacularidad, así como haber respetado la esencia de rodarlas en exteriores y con personales reales en tiempos en los que todo es efecto visual hecho por ordenador. Y se nota. Gracias a ello, Tom Cruise se ha convertido en el mayor heredero de Harold Lloyd o Buster Keaton, un artista circense sin miedo y solo preocupado por dar el mayor espectáculo posible, por exprimir de sus piruetas lo más puro del cine. Por eso también es imposible despegar la calidad de cada película del nivel de sus propuestas de acción. Con la octava y quizás última película de la saga ya en cines (aunque con Stitch robándole el primer puesto en taquilla) es un buen momento para echar la vista atrás y preguntarse cómo han evolucionado. ¿Qué tiene de especial cada una? ¿Cuál hay que ver si alguien no se ha enganchado todavía? Repasamos todas las entregas de la historia de Ethan Hunt, de la menos a la más lograda:8. ‘Misión: Imposible II’ (2000), de John WooEs la vilipendiada por todos, y merece este lugar, aunque eso no la convierte en una mala película de acción, solo en una mala Misión: Imposible. Quizás simplemente no era el estilo del genio Woo, que pese a imprimir algo de personalidad no pudo traerse toda su grandeza operística a una franquicia establecida de Hollywood. Cruise quería al contratarle que cada película tuviera un estilo diferencial. Si bien esa faceta la olvidó Cruise cuando conoció a Christopher McQuarrie en la quinta entrega, aquí logró que fuera muy distinta a la primera. Su personaje era más elegante, la moto era su vehículo y había mucha cámara lenta y tiroteos. Y queda para la memoria una apertura con Cruise escalando una montaña cuya única justificación era molar. A Woo casi le da un infarto porque su protagonista quiso hacerlo por sí mismo.7. ‘Misión imposible: Sentencia mortal – Parte 1′ (2023), de Christopher McQuarrieSimon Pegg, Rebecca Ferguson y Tom Cruise, en ‘Misión imposible: Sentencia mortal’.No es que esta película sea mala, simplemente está incompleta y demasiado alargada para lo que entrega. Para su cierre de saga, McQuarrie no solo decidió gastarse los cuartos en un submarino, sino que su guion revisita la saga mediante retrocontinuidad (atándolo toda coherentemente, como nunca había necesitado) y atreviéndose con un concepto que en 1996 podría ser ciencia ficción, pero que hoy suena a pura actualidad: la dominación de la inteligencia artificial. Quizás era incluso demasiado grande, aunque quedan para la posteridad un par de persecuciones y una secuencia final en tren de vértigo. Un accidente de tren que, de nuevo, nos lleva a Buster Keaton. P.D.: El título abandonó eso de Parte 1 después de que su resultado en taquilla no fuera boyante, y que eso no se trasladara a la octava.6. ‘Misión: imposible. Nación secreta’ (2015), de Christopher McQuarrieA partir de esta película, y con el actor en sus horas más bajas tras sus múltiples polémicas, Cruise decidió que solo un director se iba a encargar de la saga: Christopher McQuarrie, guionista de Sospechosos habituales y Valkiria, que había dirigido al actor en Jack Reacher. Ambos convirtieron la saga en un engranaje muy funcional y con un equipo de confianza (cuyas tramas por primera vez saltaban entre películas). Entre los aciertos se encuentra presentar a Rebecca Ferguson al equipo (alguien que de verdad podía ponerse frente a Ethan Hunt), la hitchcokiana secuencia entre bambalinas de la ópera de Viena y, por supuesto, ver a Cruise subirse a un avión despegando. Al actor le sirvió, además, para limpiar su imagen y reconvertirse en un héroe de acción puro al que no le importaba más que su vida cinematográfica. Lo personal… lo dejamos para otro día.5. ‘Misión: Imposible III’ (2006), de J.J. AbramsCuando J. J. Abrams salió de Perdidos y Alias para pasarse a una gran franquicia de Hollywood parecía que la saga no tenía nada más que dar. Woo había decepcionado, David Fincher y Joe Carnahan dijeron que no y el género quizás se quedaba viejo para el nuevo siglo. Pero Abrams, sin hacer la mejor película, supo modernizarla, creó personajes secundarios que todavía perviven (Simon Pegg), logró a Philip Seymour Hoffman para hacer del villano más terrorífico de la saga y por fin profundizó en Ethan Hunt, al que hizo un héroe más trágico a través de la figura de Michelle Monaghan. Tras saltar sobre el sofá de Oprah, Cruise quería enamorarse. Por desgracia, las secuencias de acción no eran tan espectaculares (pese al secuestro vaticano), pero sin esta película no se entendería el capítulo que llegó después. Curiosamente, su trama tiene importancia en la octava entrega.4. ‘Misión: Imposible. Sentencia final’ (2025), de Christopher McQuarrieUnos 400 millones de dólares calculan que ha costado la que Paramount ha vendido como la última entrega de la saga (sobre todo porque, a este ritmo de presupuesto, es imposible sacar beneficios). Y no es para menos, pese a su excesiva duración (2 horas y 49 minutos) y tramas enrevesadas, esta aventura crepuscular de Ethan Hunt cuenta con una escena acuática en un submarino dando vuelcos en el fondo del mar y un enfrentamiento entre aviones que todavía refleja que nadie hace secuencias de acción como las de Misión: Imposible. Una entrega que suena a final gracias a las constantes referencias y flashbacks a su legado y por la grandeza de su propuesta. Es difícil llegar más alto de lo que aquí proponen, ya que esta película casi se vuelve política por el tan actual mensaje de la inteligencia artificial, dibujada aquí como una deidad. ¿Será esté el final? Solo el tiempo y la taquilla lo dirán, aunque de momento Cruise no ha querido venderlo demasiado de ese modo. Es su misión, y si decide aceptarla…3. ‘Misión: Imposible’ (1996), de Brian De PalmaEs posible que hoy luzca un poco retro y que, en perspectiva, sus escenas de acción no sean tan grandilocuentes por el empeño de ir subiendo y subiendo a cada entrega, pero la primera Misión: Imposible sigue siendo una elegantísima película de acción con un suspense único. De Palma respeta el clásico género de espías y giros y lo reescribe para una nueva época como cine noventero. Y, por supuesto, la secuencia del cable en la base de la CIA es historia del cine. El cineasta, además, supo darle el valor a su estrella al decirle que esto no era una película de cinco agentes (asesinados al principio, y que todavía reverberan en la octava entrega), sino de él. Desde entonces, es imposible que esta saga funcione sin Cruise. Curiosamente, Peter Graves no quiso pasar el relevo, y lo sustituyó Jon Voight como el agente que protagonizaba la serie, que por cierto era entonces cuatro años más joven de lo que hoy es Cruise. De Palma entendió el encargo, pero no quiso volver: “¿Quién quiere hacer dos de estas?“, decía hace unos días a Deadline Hollywood.2. ‘Misión imposible: protocolo fantasma’ (2011), de Brad BirdCuriosamente esta película imaginó una saga sin Tom Cruise, e intentó hacer creer al espectador que Jeremy Renner era el sustituto ideal (años más tarde lo intentaría en la saga Bourne), pero no coló. Por suerte, su propuesta tenía mucho más que eso. Sobre todo gracias la magia de Brad Bird, un director que venía de la animación con El gigante de hierro o Los increíbles, y que supo imprimir la libertad visual de los dibujos a las secuencias de acción reales. Después de un espectacular embate en Moscú, Bird dejaba a los agentes solos y desamparados, lo que ayudaba a un conflicto que llegaba a sus cotas más altas sobre el Burj Khalifa de Dubái, una de las secuencias más espectaculares jamás rodadas. Eso, junto a una película que se sabía divertida y que jugaba con los errores de la tecnología (y de los trucos de máscaras, como nunca se ha hecho en la saga), la convierten en una de las más disfrutonas. Es una especie de cruce de caminos con Abrams como productor y McQuarrie como guionista.1. ‘Misión: Imposible – Fallout’ (2018), de Christopher McQuarrieY si la cuarta es una de las más divertidas, la sexta es, sin duda, la más adrenalínica. Una pelea destrozadora de baños frente a Henry Cavill, una persecución por todo París con Vanessa Kirby, un salto rozando el límite espacial y, sobre todo, un combate entre aviones (con Cruise, por supuesto, pilotando) hacen que esta película imprima lo mejor de la saga, que estaba entonces en su máximo apogeo de taquilla. Y eso que Cruise se rompió el tobillo en la secuencia más inesperada: la enésima persecución por las azoteas. Hay veces que hasta él tiene que parar, aunque no hay nada como otra secuencia donde verle correr.

Shares: