Robert M. Wilson, referente de la vanguardia teatral mundial, ha muerto este jueves a los 83 años tras una “breve pero grave enfermedad”. Artista polifacético, director de teatro y ópera, arquitecto, diseñador de escenografía e iluminación, fue fundador del Watermill Center, laboratorio de artes y humanidades ubicado en Nueva York, que ha anunciado su fallecimiento en sus redes sociales. “Aunque afrontó su diagnóstico con claridad y determinación, se sintió impulsado a seguir trabajando y creando hasta el final. Sus obras para teatro, sobre papel, esculturas y videoretratos, así como The Watermill Center, perdurarán como el legado artístico de Robert Wilson”, explica el comunicado del centro.Puede decirse que hay un antes y después de Bob Wilson en la escena internacional. Considerado uno de los grandes renovadores del teatro y la ópera contemporáneos, desde mediados de los años sesenta fue forjando un lenguaje único y reconocible a primera vista. Su estilo minimalista, de gran potencia visual, hasta el punto de que algunos de sus montajes no necesitaban palabras ni argumento, ha dejado una profunda huella en varias generaciones de creadores: imágenes oníricas, claroscuros, decorados abstractos, movimientos lentos y colores primarios. “Para mí todos los elementos tienen la misma importancia, todas las artes se encuentran en escena y todas forman parte del texto”, explicaba en una reciente entrevista con EL PAÍS, cuando desarrolló en Mallorca una pieza basada en el ‘Ubú Rey’ de Alfred Jarry para una exposición en el museo Es Baluard.Escena de ‘Woyzeck’, de George Büchner, con montaje de Bob Wilson para la versión musical de Tom Waits, que se representó en el Festival de Otoño de Madrid de 2001.Fue una de las muchas visitas que realizó a Europa, donde sus trabajos encontraban a menudo más eco que en EE UU. España fue también un gran receptor de sus obras, tanto teatrales como operísticas. En el Teatro Real de Madrid, por ejemplo, dirigió Corvo branco (1998), Osud(2003), Pelléas et Mélisande (2011) y The Life and Death of Marina Abramović (2012). En el Liceu de Barcelona debutó en 1992 con Einstein on the beach, volvió con Pelléas et Mélisande en 2012 y el pasado año ofreció su particular visión de El Mesías. En este país se vieron también varias de sus piezas no operísticas, como el monólogo Mary said what she said, protagonizado por Isabelle Huppert, en Barcelona en 2019, Letter to a Man, interpretada por el bailarín Mijaíl Baryshnikov, en Madrid (2016) y Barcelona (2019). Nacido en Waco (Texas) en 1941, Wilson fundó la compañía Byrd Hoffman Watermill Foundation, con la que firmó sus primeros trabajos. Su obra muda e inmersiva Deafman Glance (1970), en silencio durante siete horas, revolucionó el teatro experimental. Enseguida también empezó a trabajar en la ópera y en 1976 estrenó en Aviñón junto a Philip Glass Einstein on the Beach, un trabajo que encumbró mundialmente a ambos artistas. Otras piezas emblemáticas fueron The Life and Times of Joseph Stalin (1973‑74), Death, Destruction & Detroit (1979) y el ambicioso proyecto multinacional the CIVIL warS (1983‑84), una parábola sobre todas las guerras civiles de 12 horas de duración divididas en cinco actos y 15 escenas. Fue nominado al Premio Pulitzer de 1984 por esta obra, pero no llegó a ganarlo.La actriz Isabelle Huppert, en la obra ‘Mary said what she said’, dirigida por Bob Wilson.Lucie JanschSu concepción del teatro y la ópera como obras aglutinadoras de todo tipo artes le llevó a colaborar en sus trabajos en investigaciones con creadores de múltiples disciplinas y estilos. Músicos como Tom Waits, Lou Reed, Ryuichi Sakamoto, Laurie Anderson, Ludovico Einaudi o el citado Philip Glass y escritores como Heiner Müller, William Burroughs o Susan Sontag, así como artistas plásticos, arquitectos, bailarines o escenógrafos.Él mismo trascendió con frecuencia los límites del teatro y creó esculturas, dibujos o diseños de muebles. En 1993 ganó el León de Oro en la Bienal de Venecia en el apartado de escultura “por su dramática percepción de memoria y objeto en un espacio plástico de gran magia”. En 1998 incluso creó una “ópera digital” en tres dimensiones, con proyecciones, efectos especiales y animaciones por ordenador, Monsters of Grace, con la que volvió a colaborar con Philip Glass, veintidós años después de Einstein on the beach.

Muere Bob Wilson, el gran visionario del teatro y la ópera de vanguardia, a los 83 años | Cultura
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